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jueves, 10 de junio de 2010

Festivales de Teatro en Andalucía

La oferta teatral en Andalucía es amplia y variada gracias a los numerosos escenarios de teatros que tiene repartidos por sus principales ciudades. Los más importantes como el Teatro de Cervantes, en Málaga; el Teatro Central, en Sevilla; el Gran Teatro, en Huelva; el Teatro Alambra, en Granada; o el Gran Teatro Falla, en Cádiz, cuentan con una programación anual muy interesante que abarca, en muchos casos, además de representaciones de teatro, conciertos y otras actividades culturales.

A lo largo del año y desde hace años, Andalucía cuenta con numerosos festivales de teatro que se celebran en su extensa y rica geografía. Diferentes ocasiones para disfrutar de espectáculos teatrales que, en muchos casos, quedan fuera de los circuitos comerciales habituales. Otra forma de promover y dar a conocer las artes escénicas y todo lo que ellas encierran.

El Festival de Teatro de El Ejido está declarado de Interés Turístico Nacional.

El Festival de Teatro Iberoamericano de Cádiz (FIT) se viene celebrando desde el año 1986.

Además del Certamen Teatro Aficionado y Café Teatro Ciudad de Cabra, en el municipio de Palma del Río se celebra la llamada Palma-Feria de Teatro en el Sur.

El Festival Internacional de Teatro con Títeres, Objetos y Visual está diseñado para un público adulto.

El Festival Internacional de Teatro de Cazorla, la Muestra de Teatro de Otoño de Úbeda o la Muestra de Teatro de Torreperogil.

En el Teatro Romano de Itálica, se celebra el Festival Juvenil Europeo de Teatro Grecolatino.

SUBVENCIONES PARA LA PROGRAMACIÓN DE TEATRO, DANZA Y MÚSICA DE SALAS PRIVADAS.

Organo : La Consejería de Cultura ha publicado en el BOJA número 41 de 02 de marzo, la Resolución de 17 de febrero de 2010, de la Dirección General de Industrias Culturas y Artes Escénicas, por la que se efectúa convocatoria pública para la concesión de subvenciones para la programación de teatro, danza y música de salas privadas de aforo reducido, en el año 2010.

Vigencia : Hasta el 17 de marzo de 2010

Ámbito : Regional. Andaluz.

OBJETO

Concesión de subvenciones para la programación de teatro, danza y música en salas privadas de aforo reducido, así como para la rehabilitación y/o el equipamiento de las mismas.

MODALIDADES Y CONCEPTOS SUBVENCIONABLES

1.- Subvención a la programación estable de teatro, danza o música en salas de aforo reducido de carácter profesional. En este caso será subvencionable los planes de exhibición y programación de espectáculos de especial interés cultural en espacios radicados en territorio andaluz. Las ayudas no podrán sobrepasar el 50% del coste máximo de desarrollo de la programación propuesta y aceptada.

2.- Subvención a l remodelación y /o equipamiento de salas será subvencionable las obras de remodelación de la sala, entendiendo por tales las que tengan como finalidad garantizar su adecuado funcionamiento y seguridad, el equipamiento de la salda, entendiendo por tal la mejora de la infraestructura técnica y de la dotación de material de la sala. En el caso de remodelación, las ayudas no podrán sobrepasar el 50% del coste máximo del proyecto presentado y en el caso de equipamiento de salas las ayudas no sobrepasarán el 60% del coste de inversión presentado.

LUGAR DE PRESENTACIÓN DE SOLICITUDES

La solicitudes que se dirigirán a la persona titular de la Dirección General de Industrias Culturales y Artes Escénicas, se presentarán conforme al modelo que figura en el Anexo I de la Orden de 09 de marzo de 2009 (BOJA número 66. de 06 de abril) por cualquiera de las formas establecidas en el artículo 7 de la citada Orden.

PLAZO DE SOLICITUD

Será de 30 días hábiles, contados desde el día siguiente a la publicación de la Resolución en el BOJA.

ÓRGANO QUE TRAMITA

Dirección General de de Industrias Culturales y Artes Escénicas.

El teatro de la subvención. La excepción cultural

¿Se imaginan ustedes la siguiente situación? Un agricultor recibe subvenciones en la siembra de un producto agrícola, en su cosecha, en su venta. Luego el minorista recibe subvenciones por vender el producto comprado al agricultor y el consumidor recibe subvenciones por comprar el producto, incluido el agricultor cuando se convierte en comprador. Resultado: el precio total del producto se ha multiplicado varias veces sobre el precio real de no haber mediado ninguna subvención. Identidad del pagador final del producto: no el consumidor sino el conjunto de todos los contribuyentes. Consecuencia: galopante inflación.
¿Absurdo, imposible? No. Esto es exactamente lo que pasa en el ámbito cultural, bajo la excusa de la fantástica frase "excepción cultural".
Los recientes datos económicos conocidos sobre la industria cinematográfica española demuestran que el llamado "mundo del cine" ha "recaudado" más dinero por subvenciones que en taquilla, con un notable descenso en el número de espectadores. Lo que no es ajeno al hecho de que los directores, los productores, los actores, los técnicos, cobren más de la cuenta, los costes se disparen en relación a los beneficios y de que la industria cinematográfica cada vez sea más débil y menos competitiva frente a otras menos subvencionadas.
Pero no es el cine lo que quiero analizar, sino otra industria cultural que mueve en Balears y en el resto de España mucho más dinero, procedente de todas las administraciones, estatal, autonómica y local: el teatro público, o las artes escénicas, totalmente hegemónico respecto al teatro privado.
El teatro público goza en Balears, y en todas las comunidades autónomas, de un sistema perfecto, circular, de subvenciones, que ha causado la práctica desaparición del teatro privado, a excepción de Madrid y Cataluña, donde sobrevive a duras penas. Los Consells, el Govern y los ayuntamientos, con apoyo del Ministerio de Cultura, sueñan con que absolutamente todas las fases de creación de una obra de teatro estén cubiertas por subvenciones totales o parciales. Creen que así se salva el teatro. En realidad están cavando su tumba.

Describamos cada una de estas fases.
Fase de creación de una obra teatral. Los autores recurren sistemáticamente a los premios literarios, prácticamente todos convocados y dotados por administraciones públicas. Los autores viajan gratis cuando asisten a actos fuera del "ámbito lingüístico catalán".
Fase de edición de una obra teatral. Los autores premiados en concursos son editados por editoriales de las propias administraciones o editados por editoriales privadas que reciben subvenciones públicas para publicar, sobre todo si es en catalán.
Fase de producción de una obra teatral. Las distintas administraciones, cuando no realizan directamente producciones propias, convocan subvenciones totales o parciales para la producción de obras, destinadas a compañías "profesionales". Las subvenciones parciales se convierten en totales con el simple truco de hinchar los precios de producción por encima de su coste. Todas estas producciones propias y subvenciones a obras ajenas no se ligan al resultado de taquilla, por lo que la velocidad de reposición de las obras es alta: bastarán unas pocas representaciones para que una compañía teatral proponga otra producción para ser subvencionada. Especial protección reciben aquellos montajes que "impulsen la presencia exterior de la creación cultural de Cataluña y las Balears".
Fase de distribución de una obra teatral. Las distintas administraciones elaboran circuitos de distribución que cubren todo o parte de los gastos de transporte, presentación ante programadores, publicidad.
Fase de programación. Las distintas administraciones poseen numerosos equipos de programación de obras de teatro para atender los espacios teatrales públicos. El pago de los honorarios por obra programada corre a cargo de los espacios teatrales públicos.
Fase de exhibición. Cada administración posee un teatro, que ha construido, restaurado y dotado económicamente. Cada administración destina dinero a alguna fundación gestora de un teatro, fundación que aunque puede recibir dinero privado sólo se sostiene con las donaciones públicas. Cada administración presupuesta anualmente un dinero para comprar obras de teatro que exhibir en sus teatros. Cada administración cubre los gastos de mantenimiento de sus espacios escénicos y mantiene un nutrido grupo de funcionarios gestores.
Fase de venta en taquilla. A veces se regalan las entradas. Casi siempre se regalan las entradas a los profesionales del teatro. Cuando se cobra un precio por entrada, sólo se cobra una mínima parte de todo el proceso anteriormente señalado, no llegando a cubrir ni los gastos de producción.

Analicemos ahora las consecuencias de todo este teatro del absurdo.
Primera consecuencia: los directores, actores, técnicos, etc. cobran más de la cuenta; los espectadores no pagan nada o menos de la cuenta; los contribuyentes pagan más de la cuenta; los costes suben más de la cuenta; los beneficios bajan más de la cuenta.
Segunda consecuencia: una compañía teatral cobra más cuando es contratada por la administración que cuando lo es por un empresario privado; un actor cobra más cuando actúa en un teatro público que cuando lo hace en un teatro privado; un técnico de luces ofrece un presupuesto mayor para un teatro público que para un teatro privado.
Tercera consecuencia: los cómicos ya no viajan a ninguna parte sino viajan aparte a esa parte; los cómicos han perdido la capacidad crítica contra el poder; los cómicos ya no viven en la bohemia; los cómicos son sumisos con quienes les dan de comer; los cómicos se han funcionarizado. Aunque luego, en alguna gala automontada por ellos, denuncien el hambre en África, la guerra de Irak, el imperio americano o las críticas recibidas por algún director de documental equidistante con el terrorismo.

Fuente: Diario de Mallorca